Pasamos el ecuador de la fase de Preliminares y el nivel sigue siendo muy alto. Un año más, las quince plazas de semifinales se nos antojan pocas. Mientras el jurado se devana los sesos pensando en quién debe pasar, nosotros nos los estrujamos también para entregaros la crónica más fuera de lo común que leeréis estos Carnavales.
Más aburrido que una ostra, tras más de dos horas seguidas conduciendo desde Cádiz, camino de Badajoz, el gaditano chirigotero vio el cielo abierto cuando divisó un par de jóvenes haciendo autostop. "Por fin podré charlar un rato, estos pishas parecen buena gente" pensó.
- Buenosh diash, nosotrosh querrer ir a pueblo este- dijeron enseñándole un mapa.
- Coño pisha, ¡vosotros sois más guiris que el Carlos de Inglaterra! A ver el mapa... ¡carajo! Si esto está a un kilómetro, llegamos en na y menos, ¡vamos!
Dicho y hecho, en un par minutos llegaron y los guiris se marcharon sin apenas dar tiempo a conversar nada.
"¡Afú! Con la de camino que me queda aún y yo más solo que la una y... ¡carajo! ¡Otra chica pidiendo que la lleven...! ¿Pero de qué va vestida?"
- Niña, ¿te llevo?- La chica se montó en el coche con cierta dificultad por el gran vestido de novia que llevaba-. ¿Y tú quién eres? ¿La novia a la fuga?
- No, no, al revés, me han plantado a mí. He tenido que salir huyendo de la iglesia, no aguantaba más a mi madre diciendo "te lo dije, te lo dije...".
- Pobre, ¿a dónde vas?
- Un poco lejos, a Zafra, ¿le coge bien?
- Perfecto, de camino, usted se quedará más tiempo que los otros...
El gaditano, en un arranque de compasión, no dijo nada al principio, dejando que la chica reflexionara. Y fue la radio la que llenó los silencios.
La novia reaccionó cuando empezó a sonar La Oreja de Van Gogh con "Muñeca de Trapo". Apenas dejó que terminara la canción y cambió de emisora. Tras esto, se justificó:
- Lo siento, esta canción no me termina de convencer, porque... - en ese instante, una de Beyoncé empezó a sonar por los altavoces y un sonrisa le apareció en la cara-. ¡Esta sí me gusta! ¡Déjala que suene hasta el final! Si pudiera, la escucharía otra vez, ¡y otra! Ahora que recuerdo... ¿tienes entrada de USB?
"¡Afú! La canija esta, el viaje que me va a dar..."
Una hora después, llegaron al destino, tras dar dos vueltas al disco de Beyoncé que misteriosamente llevaba metido en un pendrive en un pliegue del vestido. Le pareció mentira el silencio que quedó en el coche... silencio que se rompió en cuanto paró en el primer semáforo y un par de artistas callejeros entonaron una cancioncilla por la ventanilla.
- Mira, pisha, no ha sido un bastinazo, pero no ha estado mal, tomad, milpejetas.
- Muchas gracias, señor. Ya hemos hecho la mañana, de un momento a otro vendrá el guardia a decirnos que nos vayamos, aunque igual hoy no viene...
Semáforo en verde y nuestro gaditano que siguió su camino, entonando a voz en grito el segundo pasodoble de cuartos de final de una chirigota que quedó tercera a finales de los 90.
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