jueves, 4 de febrero de 2016

Microcrónica de la 3ª Jornada de Semifinales del #COMBA2016

Buenos días,
¡Ya tenemos a las ocho murgas finalistas! ¿Cómo fueron esos pronósticos? Pero antes de hablar de la final, tenemos pendiente nuestra crónica literaturizada de la tercera y última noche de semifinales del Concurso de Murgas de Badajoz. ¡Disfrutadla!


- A ver, señora, cuéntenos con detalle el motivo de su denuncia.
- Pues verá, anoche fui a la feria con mis amigas y estuvimos mirando todos los puestos. Nos gustaron especialmente los que vendían objetos piratas. Cada vez son mejores esas cosas, parecen auténticos totalmente, hay mucha variedad y todas de mucha calidad. Nos trajimos varias cositas buenas, pero el viernes volveremos a ver qué más traen, porque...
- Señora, no se desvíe del tema.
- Ah, sí, sí. El caso es que acabamos en una caseta donde bailaban unos chicos cubanos. ¡No se imagina usted cómo se mueven! Para un lado, para el otro, con un speaker que lo dirige todo de maravilla, que hace que no nos dejemos de mover en toda la noche. Tendré que volver a verlos el viernes de nuevo. Es que no podía dejar de mirarlos, con esos músculos, ese moreno...
- Por favor, señora, vaya al grano.
- Perdón, perdón. Lo que pasó fue que me los quedé mirando embelesada mientras me tomaba una copa. Por cierto, qué buenas copas ponen allí, y qué grandes son. Con ellas se coge bastante bien el tono y tienen una gran variedad, desde whisky a ginebra, pasando por ron o cerveza. Hasta una sidra creo que me tomé. En total, no sabría decirle cuántas tomé. Espere que cuente...
- Eso no es relevante para la investigación.
- De acuerdo. Cuando cerraron la caseta teníamos todas un hambre atroz y no me pregunte cómo llegamos, pero lo siguiente que recuerdo es estar medio zombis dentro de una panadería hipnotizadas por el olor del pan recién salido del horno. Creo que entre todas nos ventilamos dos barras, tres bollos, cinco napolitanas y...
- Señora, si no me cuenta su problema, no voy a poder ayudarle.
- Ay, sí, el caso es que fui a pagar y me di cuenta de que me había desaparecido el bolso. Tengo una sospecha de quién pudo haber sido...
- No me lo diga, ¿un grupo de ladronas con un traje como de retales, con un antifaz y que cada una llevaba un pañuelo a la cintura de diferente color?
- Exacto, ¿las conocen?
- Claro, nos han llegado cientos de denuncias estos días sobre ellas. Pero sabemos que el viernes volverán a actuar, así que entonces las atraparemos y recuperaremos su bolso y todo lo demás.
- Me quedo más tranquila, agente. ¿Le he contado ya lo que hicimos en la feria y...?
- ¡Adiós, señora! Ya le llamaremos cuando sepamos más cosas.
- Adiós, adiós, no se ponga así, ya me voy...

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