martes, 26 de enero de 2016

Microcrónica de la 1ª Jornada de Preliminares del #COMBA2016

Buenos días, amigos carnavaleros.

Por fin anoche empezó el concurso de murgas y hubo un poco de todo. Pero no, no os vamos a ofrecer una crónica habitual, desgranando letras y música; para eso ya hay otros compañeros que lo harán mejor que nosotros.
Aquí os vamos a presentar nuestra opinión en forma de microrrelato, una ficción en pocas líneas donde intentaremos reflejar nuestras opiniones sobre la primera noche de Preliminares. A ver qué os parece:

El dueño de Badajoz miraba, desde lo alto de su castillo, toda la ciudad. Sabía que todo era suyo, pero algo por dentro le decía que, a pesar de llevar varios años allí, no había conseguido calar en los ciudadanos y tendría que seguir buscando la fórmula para agradar más.
Como buscando soluciones, alzó la mirada al cielo y, sorprendido, observó un pequeño escuadrón de pilotos alados sobre una nube. Todos pulcramente vestidos de blanco y con una media sonrisa que representaba satisfacción con su última campaña. A pesar de todo, no tenían claro si los ascenderían y si tendrían que volver a ponerse a los mandos para hacer un nuevo vuelo.
De repente, tanto los dueños de Badajoz como los pilotos tuvieron que apartarse de un salto. Una bala les pasó rozando y los supero a ambos con creces.
Pasado el peligro, miraron hacia la tierra y observaron a un grupo de cazadores relativamente satisfechos. Habían conseguido las piezas suficientes para aguantar una noche más de montería, pero no sabían si sería suficiente para alargarlo otra más. Además estaban algo molestos por la algarabía que había unos metros más allá y que les estaba espantando a la mayoría de los animalillos a los que podían disparar.
Efectivamente, al lado del coto había un estadio donde unos deportistas estaba dando la vuelta de honor mientras el público les aplaudía. Estaban felices pues sabían que, a pesar de haber cambiado recientemente de entrenador, habían conseguido con creces la marca mínima para seguir compitiendo. La gente se rendía a sus pies y soñaban con un buen resultado, quizás el mismo que la edición anterior.
La vuelta de honor se terminó cuando los deportistas observaron en uno de los laterales a un grupo de niños que habían ido con su guardería a animar. Y estos niños, algo pasados de peso, eran tan graciosos que al final, hasta los propios deportistas se pararon ante ellos para darles una ovación. Y más aún cuando les cantaron un par de cuartetas que habían aprendido en clase. Tan buena fue su actuación que, a petición popular, acabaron poniéndoles a ellos las medallas, a modo de reconocimiento como vencedores de la noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario