viernes, 29 de enero de 2016

Microcrónica de la 4ª Jornada de Preliminares del #COMBA2016

Buenos días,
Os dejamos nuestra microcrónica de la buena 4ª jornada de Preliminares que vimos anoche.

Me encantaba la celebración del Almossassa, tanto asistir a las conferencias como salir de copas a ver el ambiente. Aquella tarde había ido a una charla sobre el último Rey aftasí de Badajoz. Me había gustado especialmente que apareciesen con disfraces de la época y, al terminar, me acerqué para felicitar al conferenciante:
- Muchas gracias, pero para mí es muy fácil explicar eso, lo recuerdo como si hubiera pasado hace poco.
- ¿Dará alguna conferencia más?
- Pues no lo sé seguro aún, hay alguna opción todavía. De todos modos, yo estoy muy satisfecho con esta. Pronto sabremos si doy otra.

Tras haberme culturizado, tocaba ir a divertirme, me habían dicho que actuaba una cantante nueva en mi bar preferido. Al llegar a la puerta vi que había un gran alboroto: dos grupos se habían enzarzado, aunque sin llegar a las manos. Por un lado había unos jóvenes que gritaban que ellos no querían problemas, que era la primera vez que pasaban por allí, y que ya no iban a volver seguramente hasta el siguiente año, porque en pocas horas tenían unos billetes para irse al extranjero a buscar trabajo.
Por otro lado, un grupo de mamarrachos, algo más creciditos y con aspecto de llevar bastante tiempo de celebración. Pregonaban a los cuatro vientos que ellos sí que iban a volver al día siguiente y que, si el cuerpo les aguantaba, quizás aguantasen hasta el final. Esto ya no lo dijeron muy convencidos aunque la gente que los rodeaba sí que los apoyaba. Ellos respondieron entonando cantos regionales.

Y en medio de ambos, el portero del local, que no era el habitual que yo conocía, sino un cubano muy musculoso. Cuando ambos grupos se fueron, me acerqué para preguntarle dónde estaba el de siempre y que de qué me sonaba su cara.
- Pues se ha cogido vacaciones, pero yo estaré aquí todos los días hasta el final, la gente ha quedado encantada conmigo. Y a lo mejor me has visto de bailarín en la caseta del Quinto Pino. Cuando no hay feria hago otros trabajillos como este. Bienvenido al local.

Entré y vi que, aunque el local estaba prácticamente vacío, la cantante ya había empezado su espectáculo. Me senté cerca del escenario, junto a la mesa de una chica que no me quitaba ojo. "Huy", pensé, "¿habré conseguido ligar?". Me fijé especialmente en que la vocalista tampoco le quitaba ojo a la chica. Extraño cruce de miradas.
Lamentablemente, comprobé que la otra clienta no se fijaba en mí, sino en el pesado reloj que me había quitado y dejado sobre la mesa. Demasiado tarde, aprovechando un descuido mientras aplaudía, la muy ladrona se lo llevó y, en su lugar, había dejado una escueta nota agradeciéndome mi "contribución". Aunque salí corriendo a la puerta, la delincuente ya se había esfumado y volví a mi mesa desolado.
La cantante me sonrió y paró de cantar para sentarse junto a mí:
- No te preocupes, yo lo he visto todo. Además de cantante, soy espía y llevo tiempo siguiéndole la pista. Estaré por aquí al menos un día más y, seguramente, ella también. Así que podré seguir investigando y encontrar tu reloj.
Y antes de que me diera tiempo a agradecérselo, ya había vuelto al escenario, y la orquesta volvía a tocar...


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