miércoles, 23 de febrero de 2022

Crónica literaria de la 2ª noche de Semifinales del COMBA 2022

Corte del Rey de Sumeria, año tropecientos ocho antes de Cristo. Toda la población se arremolinaba frente al castillo donde iba a tener lugar el gran acontecimiento: un concurso para elegir marido para las dos princesas. Vamos, como el Granjero busca esposa, pero de la Antigüedad.

Los príncipes pretendientes fueron llegando a lo largo de la mañana y fueron conducidos a sus respectivos camerinos. El último en llegar fue el presentador:

- Buenos días, mi camello está en la puerta, ¿pueden ocuparse de él?

- Claro, señor... ¿Hurtado?

- No, ese es mi primo mayor, que no ha podido venir. Yo soy el señor Sobera.

- No se preocupe, enseguida le llevamos el camello a su establo para que descanse y...

- Creo que no me ha entendido. Es mi camello, pero el que me suministra el material para las células grises. A ver si se piensa que las preguntas surgen así como así. Denle un camerino a él también, que, salvo que se pase catando el material, me va a acompañar hasta el viernes. 

Mientras tanto, en la puerta, el camello había hecho un nuevo amigo:

- ¿Pero de verdad no ves todo lo que quiero reflejar con mi arte conceptual? Sufrimiento, rabia, impotencia, frustración, ardores...

- Pues toma sal de frutas, pero yo ahí veo un muñeco hecho con palotes.

- Mi arte aún no se entiende. Está pensado para gente del futuro. Espera que pasen unos milenios y entonces... seguramente siga sin entenderse.

- Pobre, venga, que me has caído bien, toma, unas pirulas. ¿Te vas a quedar mucho?

- Tengo reserva hasta el viernes, si no pillo covid o se llena el hotel, aquí estaré toda la semana.

- Genial. ¡Corre, que empieza el Concurso!

¡Y qué concurso! Las preguntas más difíciles que las de Saber y Ganar. Las pruebas más duras que las del Grand Prix. El castigo más macabro que el de Ahora Caigo, concretamente caían al foso de los cocodrilos. Pero es que el premio era más suculento que el Euromillón: casarse con las hijas del Rey Sumerio.

- Para la prueba final, vamos a pedir al Rey que suba al atril... ¿Majestad? ¿Dónde está el Rey Sumerio? Vaya, me dicen por el pinganillo- en realidad se lo gritaron a voces desde la otra punta del salón- que se ha marchado a tomarse un vasito de leche y a dormir, que ya verá mañana el resultado.

La prueba final entre los últimos concursantes fue aún más dura. Tanto que ningún pretendiente consiguió completarla. El presentador tuvo que despedir el programa sin ganadores por el momento.

- Señores, Se nos acabó el tiempo por hoy, pero volveremos el próximo viernes a sus pantallas. Acumulamos el premio para ese día y veremos si al final no nos lo acabamos llevando nosotros y quedándonos con la chica. Hasta entonces, aguantamos, seguimos, resistimos, ay no, que eso es de otro programa...

 

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